Si miramos a nuestro alrededor, y analizamos la procedencia de algunos de los productos, nos sorprendería cuantos de ellos, o de sus componentes, están fabricados en India. En la última década,  India nos ha sorprendido por su crecimiento y desarrollo económico.  Sus profesionales son cada vez mejores y  su población activa es la segunda mas grande del mundo, siendo el sector servicios el más importante, seguido de la agricultura y el sector industrial. Si a China se la considera la “fábrica del mundo”, India se está convirtiendo en el “laboratorio del mundo” ya que su potencial económico se orienta más hacia la investigación y los servicios. Esto nos hace pensar que importar productos desde India cada vez debe ser algo más crítico para las empresas. Conjuntamente con China es el mercado emergente que ofrece más oportunidades, sobre todo en los sectores de infraestructuras, energía, telecomunicaciones y maquinaria. En cuanto a la industria local destaca en sectores como el farmacéutico, concentrado en Hyderabad, o el de software en Bangalore, conocido como el “Silicon Valley indio”.

India es un mercado de oportunidades en el que está casi todo por hacer. El proveedor indio suele tener actividades muy diversas, y ser flexible y abierto a nuevos negocios. Para importar desde India es casi imprescindible contar con un colaborador o socio local. Sin su ayuda, difícilmente podrá penetrarse en el complejo entramado empresarial del país. En la cultura india el compromiso verbal no es significativo. Por ello, los acuerdos deberán plasmarse en contratos escritos que suelen ser bastante detallados, y deben redactarse en el idioma local y en inglés.

En Asia es fácil contamos con un equipo de profesionales locales, que garantiza el éxito de la negociaciones. Tenemos soluciones españolas a problemas asiáticos. India es un concepto cultural y de negocios radicalmente distinto al Occidental. Tener conocimiento de los dos mercados ayuda a que las importaciones salgan bien.